14:44 25-11-2025
Europa podría aplazar a 2040 su objetivo de coches eléctricos
Europa empieza a asumir que podría no cumplir su propia meta de que todas las ventas de coches nuevos sean eléctricos en 2035. Un nuevo análisis de Allianz indica que, al ritmo actual de despliegue de infraestructuras e inversión, la fecha realista se desliza hacia 2040. Los obstáculos se acumulan y todos apuntan a una marcha más lenta hacia la movilidad de cero emisiones.
Las ventas de eléctricos crecen por encima del mercado, pero ese impulso no basta: la mayoría de los compradores sigue decantándose por los híbridos. La recarga continúa siendo el gran cuello de botella. La UE cuenta con unos 1,1 millones de puntos de carga, pero para 2030 necesita, como mínimo, multiplicarlos por tres y medio. Las estimaciones del sector ya hablan de 8,8 millones, mientras que el ritmo actual apenas cubriría la mitad. Además, la distribución es desigual: más de la mitad de los cargadores se concentran en Francia, Alemania y los Países Bajos, y el 80% de los países de la UE va muy por detrás. El mapa se explica solo: una red hecha a retazos rara vez convence a quien se plantea su primer eléctrico.
El tablero político está igual de dividido. Alemania e Italia quieren aplazar el fin de los motores de combustión, citando la presión de costes y márgenes en descenso. Francia y España rechazan cualquier retraso y advierten de que espantaría inversión y ralentizaría el camino hacia los objetivos climáticos.
Los fabricantes, por su parte, levantan el pie. Los beneficios de los eléctricos siguen por debajo de lo esperado, Estados Unidos ha recortado apoyos, y las marcas chinas ganan terreno con precios más bajos y tecnología moderna. El gasto deja clara la brecha: los actores chinos y estadounidenses destinan hasta el 12% de sus ingresos a I+D, mientras que en Europa ronda el 6%.
Los híbridos están atrayendo a casi la mitad de los antiguos compradores de combustión, lo que limita el crecimiento de los eléctricos puros. Sin un empujón decidido —desde una infraestructura más densa hasta incentivos coordinados—, acelerar la transición se antoja cuesta arriba.
Si Europa quiere conservar el liderazgo, debe moverse ya. De lo contrario, el continente se arriesga a perder la carrera del coche eléctrico frente a China y Estados Unidos mucho antes de 2035.